VICIOS...
Mi abuelo le pasó a mi padre una enseñanza, el me la pasó a mi y yo se la pasé a mi hijo.
Dice así: "Puedes tener los vicios que quieras, siempre que lo pagues de tu bolsillo y con tu piel."
Dicho de otra manera: nunca le hagas pagar a otros el precio de tu mierda. No seas parásito para nadie. Ven a esta vida a costruir, no a destruir.
O como decimos en MKP, ven a esta vida a aclarar la sombra, no a añadir más.
Bueno, dicho así, ya sueno repipi y presumido, el tío que se puede permitir ejercer de sabio ya que le ha ido bien en la vida, con un abuelo tan fantástico y, claro, así todo es muy fácil.
Pues... no ha sido así. No. Te lo puedo asegurar. Para nada.
Como muchos, vine al mundo en una familia con oceanos de deudas emocionales sin pagar. Deudas que me cayeron encima con un peso que no veas.
Sobre mi infancia y adolescencia puedo decir sencillamente que, gracias a Dios, les dejé atrás.
Pero he sido increíblemente afortunado por dos razones.
La primera: aún en medio de enormes deudas y fallos emocionales, nunca faltó amor. Nunca dudé de que me querían completamente. Eso ya te salva de mil bestias...
La segunda razón: nací en el Siglo Veinte.
A los dieciocho años, con atrás esos años tan negros, me encontré unas herramientas increíbles y, al progresar mi vida, esas herramientas crecieron alrededor, se perfeccionaron y añadieron todavía más técnicas e instrumentos que podía utilizar.
Me refiero a todo el mundo de las técnicas de sanación y crecimiento interior, de cura psicológica terapéutica, de ayuda a mejorar la acción de vida.
Un mundo que, en los últimos cientotrenta años ha escrito algúnas de las paginas mas profundas, innovadoras y altas de la cultura universal.
Ese mundo me salvó de una vida en la que, en otros tiempos y en otras tierras, me hubiera hundido en la desesperación, la enfermedad crónica, la falta continua de energía y de capacidad productiva.
Me siento como si me hubiese tocado la loteria por eso.
Pero ¿por qué y para qué te lo estoy explicando?
Pues, volvamos a esa enseñanza de mi abuelo.
Dice así: "Puedes tener los vicios que quieras, siempre que lo pagues de tu bolsillo y con tu piel."
Dicho de otra manera: nunca le hagas pagar a otros el precio de tu mierda. No seas parásito para nadie. Ven a esta vida a costruir, no a destruir.
O como decimos en MKP, ven a esta vida a aclarar la sombra, no a añadir más.
Bueno, dicho así, ya sueno repipi y presumido, el tío que se puede permitir ejercer de sabio ya que le ha ido bien en la vida, con un abuelo tan fantástico y, claro, así todo es muy fácil.
Pues... no ha sido así. No. Te lo puedo asegurar. Para nada.
Como muchos, vine al mundo en una familia con oceanos de deudas emocionales sin pagar. Deudas que me cayeron encima con un peso que no veas.
Sobre mi infancia y adolescencia puedo decir sencillamente que, gracias a Dios, les dejé atrás.
Pero he sido increíblemente afortunado por dos razones.
La primera: aún en medio de enormes deudas y fallos emocionales, nunca faltó amor. Nunca dudé de que me querían completamente. Eso ya te salva de mil bestias...
La segunda razón: nací en el Siglo Veinte.
A los dieciocho años, con atrás esos años tan negros, me encontré unas herramientas increíbles y, al progresar mi vida, esas herramientas crecieron alrededor, se perfeccionaron y añadieron todavía más técnicas e instrumentos que podía utilizar.
Me refiero a todo el mundo de las técnicas de sanación y crecimiento interior, de cura psicológica terapéutica, de ayuda a mejorar la acción de vida.
Un mundo que, en los últimos cientotrenta años ha escrito algúnas de las paginas mas profundas, innovadoras y altas de la cultura universal.
Ese mundo me salvó de una vida en la que, en otros tiempos y en otras tierras, me hubiera hundido en la desesperación, la enfermedad crónica, la falta continua de energía y de capacidad productiva.
Me siento como si me hubiese tocado la loteria por eso.
Pero ¿por qué y para qué te lo estoy explicando?
Pues, volvamos a esa enseñanza de mi abuelo.
Mi buen abuelo, Piero Beretta, aunque tan sabio, ni él ni los demás a su alrededor, en las familias de mi padre o de mi madre, pudieron limpiar de verdad sus deudas emocionales, sus vicios, y así siguieron pagándolas ellos... y los demás. Vicios de dolor, de obsesión, de expiación, de revancha, de debilidad.
Es la historia de todos. Nada más asistir a un taller de constelaciones familiares y todo eso te va pasando por delante como en una pelicula.
Los pobrecitos, mis padres, tus padres, los padres de nuestros padres durante milenios, no tuvieron las herramientas que tenemos nosotros ahora.
Durante milenios, y ahora todavía y como siempre, milliones naufragaron y siguen naufragando en vicios emocionales de todo tipo, incluso los más clásicos y dramáticos, los de autodestrucción compulsiva con alcohol, drogas, sexo, juego, violencia. Un río inmenso de dolor, sombra y búsqueda de consolación con todos los medios.
Pero ¿cómo puede ser que todavía hoy, con todos los caminos que tenemos a disposición sigamos así?
Eso es lo que veo como el verdadero vicio, el más grande de todos, y al que precisamente casi todos podemos darle un vuelco.
¿Cómo puede ser que tengas mil herramientas a disposición y que las dejes oxidar en el granero, con el trigo rubio y rezumante de tu mejor potencial allá fuera en el campo y que acabará comido por los cuervos y las ratas?
Y con tus queridos en primera línea que acabarán pagando el precio por aquello de lo que tú no te hiciste cargo, aún pudiendo hacerlo.
Y si tú que lees eres hombre, ten en cuenta que hay un factor más que se añade aquí: nuestra capacidad de ejercer violencia física de una forma que las mujeres muy raramente pueden alcanzar.
Si una mujer, descargando su sombra sobre los demás, provoca dolor, desgarro, trauma, el hombre puede ir mucho más allá y provocar la muerte y a eso ya no hay remedio y eso pasa, pasa mucho, muchísimo.
Las cronacas lo cuentan casi a diario...
Pues, hermano, tenemos una doble responsabilidad como hombres, una doble llamada, un doble honor que cumplir.
Como dicen los americanos: "Own your shit." Aduéñate de tu mierda.
No le hagas pagar a nadie el precio de tu sombra.
Eso es ser hombre de verdad.
Y hoy en día, tienes todos los medios para cumplir, para acabar ya con tus deudas y sombras emocionales. Allá fuera hay un sinfin de caminos de crecimiento entre los que escoger y MKP es uno de esos caminos.
Es la historia de todos. Nada más asistir a un taller de constelaciones familiares y todo eso te va pasando por delante como en una pelicula.
Los pobrecitos, mis padres, tus padres, los padres de nuestros padres durante milenios, no tuvieron las herramientas que tenemos nosotros ahora.
Durante milenios, y ahora todavía y como siempre, milliones naufragaron y siguen naufragando en vicios emocionales de todo tipo, incluso los más clásicos y dramáticos, los de autodestrucción compulsiva con alcohol, drogas, sexo, juego, violencia. Un río inmenso de dolor, sombra y búsqueda de consolación con todos los medios.
Pero ¿cómo puede ser que todavía hoy, con todos los caminos que tenemos a disposición sigamos así?
Eso es lo que veo como el verdadero vicio, el más grande de todos, y al que precisamente casi todos podemos darle un vuelco.
¿Cómo puede ser que tengas mil herramientas a disposición y que las dejes oxidar en el granero, con el trigo rubio y rezumante de tu mejor potencial allá fuera en el campo y que acabará comido por los cuervos y las ratas?
Y con tus queridos en primera línea que acabarán pagando el precio por aquello de lo que tú no te hiciste cargo, aún pudiendo hacerlo.
Y si tú que lees eres hombre, ten en cuenta que hay un factor más que se añade aquí: nuestra capacidad de ejercer violencia física de una forma que las mujeres muy raramente pueden alcanzar.
Si una mujer, descargando su sombra sobre los demás, provoca dolor, desgarro, trauma, el hombre puede ir mucho más allá y provocar la muerte y a eso ya no hay remedio y eso pasa, pasa mucho, muchísimo.
Las cronacas lo cuentan casi a diario...
Pues, hermano, tenemos una doble responsabilidad como hombres, una doble llamada, un doble honor que cumplir.
Como dicen los americanos: "Own your shit." Aduéñate de tu mierda.
No le hagas pagar a nadie el precio de tu sombra.
Eso es ser hombre de verdad.
Y hoy en día, tienes todos los medios para cumplir, para acabar ya con tus deudas y sombras emocionales. Allá fuera hay un sinfin de caminos de crecimiento entre los que escoger y MKP es uno de esos caminos.
MKP es un círculo de hombres, el más grande del mundo, nacido a mediados de los años ochenta y expandido en más de veinte paises con más de setenta mil hombres entrenados.
El trabajo de MKP se puede resumir en una palabra: ESPEJO.
Con las herramientas MKP puedes finalmente verte en plena luz, y en plena sombra, puedes asumir la plena responsabilidad de eso y ya cortar con el vicio de cargar a los demás con lo que es tuyo.
Esa es la vía para crecer. La via del nuevo guerrero. El que no hace la guerra a nadie sino a sus demonios para crecer como hombre renovado, emocionalmente rico, maduro, completo.
MKP es un servicio GRATUITO de encuentro y ayuda. Vive del voluntariado de sus miembros. No tiene un guru, un cabecilla, un jefe que se gana la vida con eso. Sólo los lideres que imparten los talleres y entrenamientos más complejos tienen reembolso. Los demás vienen a ayudar sacándoselo de su bolsillo.
Cuando me entrené como nuevo guerrero MKP en Irlanda, el año pasado, me quedé sin palabras al descubrir que, alrededor de nosotros, de los cuarenta novatos, había otros sesenta hombres más que habían venido de las Islas Britanicas, de Escandinavia, Francia, Alemania, América e Israel para poder ayudarme a mí y a los demás a transformarnos en hombres mejores. Y pagando para estar allí.
Todavía se me hace un nudo en la garganta al pensarlo.
Por eso abro el círculo cada semana en Barcelona.
Para honrar las miradas generosas y de amor de esos hombres, honrar su regalo.
Y para honrar a mi abuelo.
El trabajo de MKP se puede resumir en una palabra: ESPEJO.
Con las herramientas MKP puedes finalmente verte en plena luz, y en plena sombra, puedes asumir la plena responsabilidad de eso y ya cortar con el vicio de cargar a los demás con lo que es tuyo.
Esa es la vía para crecer. La via del nuevo guerrero. El que no hace la guerra a nadie sino a sus demonios para crecer como hombre renovado, emocionalmente rico, maduro, completo.
MKP es un servicio GRATUITO de encuentro y ayuda. Vive del voluntariado de sus miembros. No tiene un guru, un cabecilla, un jefe que se gana la vida con eso. Sólo los lideres que imparten los talleres y entrenamientos más complejos tienen reembolso. Los demás vienen a ayudar sacándoselo de su bolsillo.
Cuando me entrené como nuevo guerrero MKP en Irlanda, el año pasado, me quedé sin palabras al descubrir que, alrededor de nosotros, de los cuarenta novatos, había otros sesenta hombres más que habían venido de las Islas Britanicas, de Escandinavia, Francia, Alemania, América e Israel para poder ayudarme a mí y a los demás a transformarnos en hombres mejores. Y pagando para estar allí.
Todavía se me hace un nudo en la garganta al pensarlo.
Por eso abro el círculo cada semana en Barcelona.
Para honrar las miradas generosas y de amor de esos hombres, honrar su regalo.
Y para honrar a mi abuelo.
Marco, El Lobo Tigre.
Si quieres saber más sobre nuestro círculo en Barcelona, escribeme a erebatt@gmail.com.
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